Compañeras.
Preso del agenda-setting, hoy 8 de Marzo les dedico mi espacio a todas las compañeras del mundo.
Hace unos años conocí a una chica estadounidense que decía sobre ella misma "fíjate soy negra, lesbiana, mujer, joven y comunista en los Estados Unidos de América: poseo todas las características para ser una excluida y una discriminada óptima".
Según datos extraidos de la página del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales la tasa de paro femenino se situó durante el último trimestre de 2005 en el 11´61%. La tasa de paro masculino en el 6´64. Este desglose pocas veces lo vemos. Las mujeres y la juventud somos los que sufrimos la precariedad y el paro de la manera más dura. De todos los cargos ejecutivos de las formaciones políticas más importantes de España sólo son mujeres el 28´32%. La palma se la llevan el Partido Nacionalista Vasco con un 14´29%. Sólo el 17´59% del cuerpo de catedráticos/as de las Universidades españolas son mujeres.Estos son los números más o menos actualizados de las mujeres en la política, en el trabajo y en la educacación. Y son el 50% de la población, oigan.
Según datos del Ministerio del Interior, extraidos de la misma web, durante el año pasado un total de 81 mujeres fueron víctimas mortales de la violencia de género. En lo que va de año el total asciende a 19. Por lo menos la web ministerial habla clarito de violencia de género y no eufemiza con eso de violencia doméstica. Hace unos meses un cabrón con acento asesinó a su ex-esposa atropellándola varias veces en plena calle. Algún periodista describió aquello como violencia doméstica: si era en plena calle, como va a ser doméstica. Hay que ser gilipollas.
El patriarcado- que por cierto existe, como la lucha de clases- se transmite y se impone por todos los medios: el lenguaje, la estética, las condiciones laborales, la educación, los medios de comunicación y cultura, etc... Hay que estar muy ciego para no verlo, pero la realidad es que ciertamente un amplio número de mujeres y casi la totalidad de los hombres estan ciegos ante una realidad que se evidencia en las tablas estadísticas y en las nóminas de las currelas.
Hace algún tiempo mi compañera me contó acerca de un estudio realizado por un grupo de género con una metología de lo más simple y con unos resultados de lo más ilustrativos. Ubiquemos la acción: hospital, sección de maternidad, cojemos a un o una recién nacida, una niña de dos días, por ejemplo, y procedamos: en primer lugar la vestimos de rosa la dejamos en una cuna en el pasillo del hospital enfocada por una cámara, pasado un rato, a la misma niña la vestiremos de azul celeste y la volveremos a dejarla en el mismo sitio bajo la misma cámara. La grabación nos da los resultados: a la niña vestida de azul, sanitarios, visitantes, etc, le decian cosas como: "míralo que machote, que ni llora ni nada", al mismo ser humano vestido de rosa le decian cosas totalmente diferentes como: "ay, que buena, que calladita, que ni llora ni nada". Un simple vestido, de un color determinado hace que asignemos a un ser humano nacido apenas 48 horas antes dos roles -patriarcales- totalmente distintos: él es un machote, ella una niña buena y calladita.¿Les suena de algo?
Hoy, tras un proceso que ha durado algunos años, puede considerarme feminista. Ha sido un proceso contradictorio y largo, de choque con la propia cultura y las propias ideas y esquemas inculcados por la escuela, los medios y la realidad día a día durante años de manera acumulativa. En primer lugar, ante las primeras contradicciones de género observadas, uno toma una posición de negación de las mismas: el patriarcado no existe; en segundo lugar sucede algo peculiar, algo así como un cabreo con uno mismo, inexplicable, pero cierto; en tercer lugar comienzas a ver patriarcado por todas partes. Por último lo integras con naturalidad en tú ideología y en tu análisis del mundo.
Hay quien dice que el Carnaval de Cádiz es un fiesta machista, no lo niego, pero tampoco intenten venderme una vespa arrancá. El Carnaval no es machista ni patriarcal por si solo, sino que lo es en la medida en que lo es la sociedad y la gente que lo hace. Si bien, hay cosas que no tienen nombre y que se podrían eliminar pinchando sobre ellas, botón derecho, eliminar, papelera de reciclaje, eliminar: elección de diosa y ninfas del Carnaval de Cádiz como ¿representantes de la mujer gaditana?, patriarcado en estado puro que otorga a la mujer el papel de oyente pasiva de los ripios de amor que su machote le escupe desde el escenario para ver si después pillan algo en la Carpa. Si yo fuera concejal de Fiestas no duraba ese concurso ni un segundo.
Pues eso, que viva la lucha de las mujeres trabajadoras contra el patriarcado y el capitalismo. Espero verles en la manifestación.
Salud y buenos alimentos.
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